Lady Gaga dejó más huella que la de sus dos galardones cuando se sentó en el piano cara a cara frente a Elton John, dando un monumental pistoletazo de salida a la ceremonia, y a los chicos de Green Day les pasó lo mismo cuando, más allá de llevarse el premio a mejor disco de rock del año, fusionaron música y teatro en el escenario al actuar junto al elenco que protagonizará en Broadway la versión en musical de su American Idiot. Las acrobacias de Pink, candidata a ingresar en Cirque du Soleil, o toda la flor y nata de la industria musical con gafas de 3D en la cara para ver al Michael Jackson resucitado digitalmente en su homenaje póstumo, son escenas que también quedarán grabadas, si no en un disco, en un vídeo de Youtube. La fórmula quizá tenga éxito. El domingo fueron 25,8 millones de estadounidenses los que se sentaron ante la tele a ver el espectáculo de tres horas y media. El año pasado, había ante las pantallas un 35% menos de espectadores. Desde luego tendrán más opciones de incrementar sus ventas que el resto de premiados quienes actuaron ante las cámaras, grupos como Black Eyed Peas (tres galardones), Kings of Leon (premio a la mejor grabación del año por Use somebody) o Zac Brown Band, mejor nuevo artista
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