La actriz británica Kate Winslet estaba de vacaciones en la isla caribeña de Necker, propiedad de Richard Branson, dueño del sello discográfico Virgin. Hasta que la madrugada del domingo la intérprete se vio forzada a poner punto y final a sus vacaciones a consecuencia de una tormenta tropical que arrasó a su paso por la isla.
Los 20 turistas que disfrutaban de la paradisíaca isla se alojaban en el Grand Hotel, el único construido en dicho territorio.
El complejo quedó destrozado al caer un rayo que lo quemó. Branson, que también disfrutaba de unos días de descanso junto con su esposa Joan y su hijo, afirmó que ha sido una tormenta tropical "muy violenta".
Todos los huéspedes se despertaron al unísono cuando un relámpago cayó a las cuatro de la madrugada. En cuestión de minutos la construcción de madera comenzó a arder a gran velocidad y todos tuvieron que ser evacuados.
El hijo del multimillonario, Sam Branson, de 22 años, fue el encargado de ayudar a todos los huéspedes a salir del edificio. Incluida Kate Winslet, su actual novio y sus hijos Mia, de 10 años, y Joe, de siete, fruto de su matrimonio con el cineasta Sam Mendes.
Richard Branson es el quinto hombre más rico de Reino Unido según la revista Forbes que estima su fortuna en 3.000 millones de euros, lo que le ha permitido adquirir terrenos en Antigua y Barbuda y en las islas Vírgenes británicas. Sin embargo, su isla Necker es otro de sus destinos favoritos, donde con su actual esposa, Joan Templeman, en 1989, y otro de los célebres huéspedes que han pasado por la isla es Tony Blair donde discutió sobre el medio ambiente con el multimillonario. Los Beckham celebraron en esta isla su décimo aniversario de boda.
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