martes, 7 de mayo de 2013

Esperanza Magaz ahora brilla desde el cielo


La actriz falleció ayer a las 2:30 pm acompañada de familiares y amigos





Ella brillaba con luz propia. Bien sea que le tocara interpretar a una dulce abuela, a una nana vigilante o una asertiva adivinadora. Su talento, carisma y disciplina hacían que se completaran con facilidad largas escenas sin gran esfuerzo. Esperanza Magaz era una dama de la actuación. Una mujer que aunque nació en La Habana el 22 de febrero de 1922, en 1953 echó raíces en Venezuela y la adoptó como su patria. 

"Me asombra y me duele a la vez la noticia. Esperanza fue una de esas figuras que persistió en la televisión venezolana durante décadas, era una imagen recurrente en el imaginario del venezolano, fue siempre muy rigurosa con su trabajo, muy humilde, nunca pretendió ser más de lo que quiso ser, y fue un ejemplo de lucha callada y de amor a su oficio", dice Leonardo Padrón sobre su fallecimiento. 

En 2010, Magaz tuvo una participación especial en su novela La mujer perfecta, transmitida por Venevisión. "Ella tenía mucha garra popular y era perfecta para personajes que tenían conexión con la entraña popular o personajes como el que desarrolló en Kassandra, personajes característicos", asegura el escritor refiriéndose a la inolvidable Dorinda, la pitonisa a la que le dio vida en el dramático de RCTV. 

"Ella hizo muchos personajes que la caracterizaron en un momento y, más que por sus personajes, yo la voy a recordar por ser una señora, por ser una mujer extraordinaria y una gran compañera", afirma Hugo Carregal todavía adolorido por la noticia. 

El productor del canal de La Colina tiene vivo el recuerdo de la última vez que la saludó en uno de los pasillos de Venevisión. "Es una gran pérdida para la televisión y para nosotros sus amigos, para el ambiente artístico y para todo el público de Venezuela. Es un ícono de la actuación, una persona irremplazable, que marcó una época también en la actuación. Es muy duro para todos los que las conocimos que se nos haya ido de esta manera", subraya.

Hace dos semanas, su hijo, Alexis Navas Magaz pedía a través de los medios donantes de sangre para su mamá, que se encontraba recluida en la Clínica Santa Sofía de Caracas. Tenía 91 años y sufría de un Linfoma no Hodgkin. Sin embargo, a pesar de ello, el 14 de abril fue en silla de ruedas a su centro de votación "para que no me quiten a Venezuela como me quitaron a Cuba", expresó ella cuando le preguntaron. 

De su calidad humana da fe Eva Blanco, amiga de Esperanza por más de seis décadas. "Casi toda mi vida trabajé con ella, desde que llegó de Cuba. Nosotras nos conocimos desde que ella estaba en Radio Caracas Televisión y esa relación siguió cuando se fue al canal 4, que no se llamaba así en esa época, se llamaba Televisa", precisa.

La primera actriz evoca algunos de sus momentos juntas. "Hicimos varias novelas, entre ellas, Esmeralda de Delia Fiallo. Yo iba con frecuencia a su casa y nos encontrábamos en muchas partes. Ella era una extraordinaria compañera y un extraordinario ser humano. Voy a recordarla con todo el amor del mundo. Ya tengo anotado su nombre y la velita que voy a ponerle esta noche. Ya le recé y todo". 

En marzo de este año, Coraima Torres, protagonista de Kassandra la recordaba con afecto. "Siempre voy a tener admiración y cariño por la señora Esperanza Magaz. Es de esas personas que marcan tu vida no solamente como actriz sino como un gran ser humano. Yo siempre he dicho que quisiera tener la cuarta parte de la energía y de la alegría que tiene ella". Y así lo demostró hasta el último minuto de su vida. Físicamente, su corazón dejó de latir ayer a las 2:30 pm en su casa, acompañada de sus familiares y amigos. Desde ese momento, su luz empezó a brillar, pero esta vez, desde el cielo.

el universal.com

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